La presidenta del Frente Nacional (FN) francés, Marine Le Pen, defendió hoy un modelo económico "patriótico" para llegar "sin sacrificios sociales" al equilibrio presupuestario en 2018, y calculó que la salida del euro, una de sus propuestas clave, le ahorraría a Francia 87.600 millones en 5 años.
En una rueda de prensa en la sede de su partido en Nanterre, a las afueras de París, y bajo la atenta mirada de su padre y fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, subrayó que frente a los "terroríficos" planes de ajuste del Ejecutivo francés, es posible una alternativa que reduzca la deuda sin grandes repercusiones para la población.
En el encuentro con la prensa, Marine Le Pen expuso los ejes de su propuesta de la cara a las elecciones presidenciales francesas, previstas para el 22 de abril próximo, con la segunda vuelta para el 6 de mayo.
Para poder aumentar el gasto en 220.600 millones de euros durante el próximo quinquenio presidencial en Francia, en el que la partida más importante -de 64.600 millones- se dedicaría al mejorar el poder adquisitivo, cuenta con los ahorros que se lograrían al corregir gastos considerados innecesarios.
Entre ellos un ahorro de 40.800 millones de euros se conseguirían al reducir la inmigración legal de 200.000 a 10.000 personas al año, lo que bajaría, a su juicio, el coste de la misma sobre la población, "porque es utilizada por la gran patronal para hacer presión a la baja sobre los salarios".
Y, en línea con lo que ha defendido desde que el pasado enero fuera elegida presidenta del FN, el cese progresivo de la contribución neta de Francia al presupuesto de la Unión Europea, lo que llevaría supuestamente a un ahorro de 11.700 millones de euros en cinco años.
"El argumento simplista según el cual salir del euro supondría duplicar o triplicar la deuda no resiste a los análisis cifrados. Es al contrario: recuperar la moneda nacional es la condición sine qua non para el desendeudamiento de las finanzas públicas", alegó.
La candidata presidencial sostuvo que los ahorros previstos posibilitan un "aumento razonable" de los gastos públicos en su hipotético mandato, con especial énfasis en la Justicia, la seguridad, la sanidad, el poder adquisitivo y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas e industrias.
Y para sanear las finanzas públicas, "en ausencia del empujón del crecimiento económico para traer ingresos fiscales y excedentes presupuestarios", apostó además por una mayor emisión de moneda por parte del Banco de Francia, hasta un total de 100.000 millones de euros al año.
